
Una de las actividades que más disfruto últimamente es ilustrarme leyendo o asistiendo a conferencias de diferentes expertos que tratan temas interesantísimos. El otro día escuché hablar sobre el liberalismo y teniendo en cuenta las corrientes sociales y políticas que estamos viviendo en el momento actual quería compartir con vosotr@s otra de mis reflexiones. En mi opinión, veo grandes similitudes entre lo que pasó en la Revolución Francesa en el S.XVIII (momento en el que la burguesía tuvo acceso al poder) con la aparición, ahora, de las redes sociales que están permitiendo que nuestra voz, venga de donde venga y sea de quien sea, pueda ser escuchada y puesta en valor más alla de lo que los medios de comunicación tradicionales decidan publicar o emitir. Esto ha generado que los perfiles digitales individuales ganen cada vez más peso forzando, incluso, a que se tengan que cambiar las estrategias de comunicación de empresas u entidades. Algo que me parece, por un lado, una oportunidad única y muy óptima pero, por otro lado, también trae consigo peligros importantes de los que debemos ser conscientes.
¿Qué ocurre? Que si queremos sembrar una semilla que germine en el futuro de manera sana para nuestra sociedad, la mejor forma es tener presente la responsabilidad a la hora de ejercer nuestra libertad en lo que hacemos o publicamos. Vivimos en un momento en el que se pretende que los seres humanos cortemos con todo aquello que nos ayude a trascender o a desarrollar nuestra parcela espiritual y que nos quedemos tan solo instalados en la imagen y en lo superficial. Escribo hoy estas líneas, a modo de llamamiento, porque somos más responsables que nunca de mantener despierto nuestro nivel de consciencia en este sentido, ya que nuestra historia se escribirá dependiendo de cómo ejerzamos nuestra libertad en el presente. Si eliminamos todo aquello que nos hace trascender, el peligro al que nos enfrentamos es que los seres humanos perdamos el sentido de nuestras vidas y, por tanto, acabemos sufriendo una gran crisis de identidad, que nos movamos de manera más individualista pensando solo en aquello que pueda ser un medio para nuestros fines y, en consecuencia, que acabemos sufriendo el mal de la soledad al haber actuado como lobos generando continuos enfrentamientos, tal y como vaticinó Thomas Hobbes en su famosa frase “El hombre es un lobo para el hombre”.
Os lanzo algunas preguntas para pensar: ¿Qué es lo que os ayuda a vosotr@s a trascender o desarrollar vuestra parcela espiritual? ¿Dedicáis tiempo a ello? ¿Cómo estáis ejerciendo vuestra libertad en el uso de las redes sociales? ¿Con qué fines? ¿Cómo creéis que germinará en un futuro la semilla que estáis sembrando ahora en el mundo digital?
María de León Castillejo, fundadora de Think 2BU
